ICB
Responsable Técnico:
Dra. Ana Bertha Gatica Colima
Ser un país megadiverso implica contar con ciertos requisitos, por ejemplo que
en su territorio existen más del 50% de especies endémicas (que no se encuentran
en otro país), tener diversidad de especies (plantas vasculares, anfibios,
reptiles, aves y mamíferos), niveles taxonómicos superiores (mayor a especie) y
de ecosistemas (principalmente marinos y de selva tropical). México cuenta con
esas características sin problema, por ello, es uno de los 12 países
megadiversos del planeta, participando en la “Declaración de Cancún de Países
Megadiversos Afines” llevaba a cabo en Mérida en 2002, con la finalidad de
destacar los recursos de la diversidad biológica, servicios ambientales, el
valor económico y social, ofreciendo oportunidades de desarrollo a los pueblos
que lo conforman.
En México, los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas son los más
biodiversos. La gran diversidad biológica es atribuida a la confluencia de dos
regiones biogeográficas, la Neártica y la Netropical, lo que significa una
heterogeneidad espacial que brinda a los seres vivos grandes oportunidades de
adaptarse.
El país cuenta con alrededor de 70 diversas ecorregiones, ya sea
terrestres, acuáticos o marinos. Una de las ecorregiones terrestres
aparentemente poco diversa, es el desierto, donde se agrupan los ecosistemas con
vegetación de zonas áridas y semiáridas, el cual constituye alrededor del 50%
del territorio nacional.
Cuando alguien pregunta ¿Cuantas especies de anfibios hay en Chihuahua?
Usualmente un biólogo es quien puede responder, pero para ello, debe haber un
fundamento, debe estar documentado o registrado. Es por ello, que las
colecciones científicas cobran fuerza, ya que en ellas se concentran ejemplares
de una región en particular en un tiempo dado.
Históricamente, las colecciones iniciaron antes de los recintos
conocidos como museos, esto se refleja en la preservación de momias (humanas y
animales) por los habitantes del Perú y Egipto. Aunque el primer museo con
colecciones biológicas fue el llamado “Templo de las Musas” en la ciudad de
Alejandría, el cual albergaba diversas conchas marinas. Posteriormente se
realizaron acervos de artículos denominados “armarios de curiosidades” que
incluían, por ejemplo “cuernos de unicornios”, lo cual eran atractivos entre los
recolectores adinerados. En México se encontraba el Gabinete de Historia
Natural, el cual recibió público en abril de 1790, donde se observaban
duplicados de lo exhibido en España, así como piedras preciosas, metales,
material volcánico, plantas, esqueletos, resinas, raíces que se estudiaban en
esa época. Desapareció a inicios del siglo XIX durante la Guerra de
Independencia y las piezas que se exhibían se trasladaron al actual Museo
Nacional de Antropología.
Con el tiempo, posterior a 1850 en la época Post Linneo, se emplean
técnicas de conservación preventiva, inicia la catalogación, descripción y
publicación de ejemplares. Se incrementan las colecciones que contribuyen en la
diversidad del planeta.
En 1920 se funda el Museo de Historia Natural Alfredo Dugès, conteniendo
unos 4000 ejemplares invertebrados hasta mamíferos, albergado en la Universidad
de Guanajuato.
Entonces, una colección científica de ejemplares se define como un
acervo o conjunto sistematizado de material biológico, depositado en museos,
herbarios, jardines botánicos, instituciones de investigación y enseñanza
superior, o las de carácter privado, cuyos fines principales sean la
investigación, educación, capacitación o difusión, con base a lo planteado en la
Norma Oficial Mexicana NOM-126-ECOL-2000.
A lo largo del tiempo, casi cada Universidad cuenta con al menos una
colección científica de ejemplares biológicos, asociada a algún programa de
biología o de las áreas naturales. Es por ello, que en 1999 cuando inició el
Programa de Biología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, se creó la
Colección Científica de Vertebrados (CCV-UACJ) con el objetivo de documentar
ejemplares del desierto Chihuahuense en el estado de Chihuahua. Previo a ello,
el Centro de Estudios Biológicos había adquirido como donativo material
biológico de ejemplares de Chihuahua, incluyendo cráneos (osos negros, pumas,
gatos montes, venados, cuatí, armadillo) de la zona serrana del estado que se
incorporaron a la colección.
La CCV-UACJ incrementa en número al incorporar ejemplares
proporcionados por los estudiantes a través de sus proyectos de tesis, donativos
que se hacen y por proyectos de investigación.
La Colección Científica de Vertebrados de la UACJ recibe el “Registro de
Colección Científica, Clave CHI-VER-189-08-06” en agosto de 2006 por parte de la
Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental de la Dirección General de
Vida Silvestre de la SEMARNAT. Cabe mencionar que con esta instancia se realiza
el trámite de permiso de colecta de ejemplares silvestres. Además, al
incorporarse algún ejemplar queda registrado en un formato de ingreso a la
CCV-UACJ.
Recientemente la CCV-UACJ cumplió 15 años, cuenta con alrededor de 750
ejemplares mamíferos, 120 aves, y unos 1520 ejemplares (anfibios y reptiles).
Adicionalmente, hay almacenados: tejido muscular y muestras de sangre en tarjeta
FTA para estudios en genética; muestras de veneno de serpientes de cascabel para
determinar sus características biológicas y bioquímicas; endoparásitos y
ectoparásitos de vertebrados (ácaros y pulgas principalmente), los cuales
podrían ser potenciales vectores de agentes patógenos, pero primero hay que
determinar que especies son; hay una colección de pelos de guardia y plumas de
aves, muestras de referencias, como apoyo en estudios de dieta de carnívoros y
también hay fotografías dentro de la colección.
Una valiosa aportación a través de una fotografía la realizó la Bióloga
Armine Ortiz-González quien contribuyó con una foto del puerco espín de
Norteamérica Erethizon dorsatum en la Sierra Juárez, esta contribución
representa una ampliación del rango de distribución de 100 km al Este del
registro más cercano. Este tipo de registro es importante ya que documenta la
existencia de cierta fauna en cierta región, a través del tiempo puede haber
cambio en el uso de suelo y la transformación del hábitat, lo podría impactar en
la permanencia y distribución de la especie, cabe menciona que es una especie en
peligro de extinción de acuerdo a la NOM-059-SEMARNAT-2010.
Se ha contado con apoyo de la Comisión Nacional para el Conocimiento y
Uso de la Biodiversidad (CONABIO) en tres proyectos, uno de los más recientes
fue el proyecto “Inventario Multitaxonómico del ANP Médanos de Samalayuca” donde
se realizó trabajo de campo para recolectar ejemplares durante tres temporadas
(seca, húmeda y posthúmeda) de 2017 y complementarias de 2018, los ejemplares se
preservaron y se procuraron determinar a nivel de especie con apoyo de los
especialistas. Se depositaron los ejemplares en 12 colecciones científicas de
seis instituciones (cinco nacionales y una extranjera). Se generaron proyectos
en el portal AverAves y Naturalista con fotografías e información asociada. Como
resultado se generó información biológica y georeferenciada de 3355 ejemplares
colectados (713 plantas, 49 invertebrados acuáticos, 2312 invertebrados
terrestres y 281 vertebrados) en BIÓTICA v. 5. La relación de fotos de aves fue
de 132, correspondientes a 67 especies.
Es importante el papel del curador como especialista en un grupo
biológico dentro de una colección, los taxónomos tradicionales aportan al
describir y catalogar los ejemplares y el apoyo complementario de las
herramientas moleculares es importante.
Cuando ingresa un ejemplar a la colección se revisa externamente,
tratando de preservar al ectoparásito en alcohol, para, en alguna oportunidad
revisarlo taxonómicamente con apoyo del especialista, es así como un ejemplar
puede brindar más información de manera completa. De tal manera, un hallazgo
importante se realizó en colaboración con la Dra. Roxana Acosta y la tesista
Natalia Guerra de la maestría en Ciencia Animal, se determinó una nueva especie
de pulga Dactylopsylla samalayucae que parasita al topo Geomys arenarius, éste
roedor se distribuye sólo en la región norte de Chihuahua, siendo publicado en
2021. La información biológica publicada contribuye en el Anexo Normativo I
Método de Evaluación de Riesgo de Extinción de las especies silvestres en
México, logrando así la definición de las categorías de riesgo (peligro de
extinción, amenazada, protección especial) de anfibios, aves, hongos,
invertebrados, mamíferos, peces y reptiles a través de cuatro criterios (A.-
Amplitud de la distribución del taxón en México, B) Estado del hábitat con
respecto al desarrollo natural del taxón; C) Vulnerabilidad biológica intrínseca
del taxón; D) Impacto de la actividad humana sobre el taxón) que deben
fundamentarse con apoyo de literatura.
Por otro lado, hemos sido invitados recientemente a participar con un
proyecto denominado “Development of novel drugs based on Crotamine-like peptides
for prevention and treatment of childhood obesity” liderado por el biólogo
egresado de la UACJ ahora Dr. David Meléndez-Martínez, para ello es necesario
aprovechar las muestra de venenos de serpientes de cascabel del género Crotalus
que hemos venido almacenando, es así como una colección científica es dinámica,
esperando contribuir con esta aportación, que implica gestión de trámites de
permisos de colecta, trabajo de campo, de gabinete y de laboratorio.
Entonces, para dar respuesta a la pregunta inicial ¿Cuántas especies de
anfibios hay en Chihuahua? La respuesta es: 35. Conocer cuántas especies hay y
donde se distribuyen este vertebrado, es importante, ya que los anfibios son
sensibles al ambiente debido a la piel que presentan. Ahora con cambios
climáticos serían indicadores ambientales ideales ya que la distribución
histórica de anfibios con base a los ejemplares en colecciones científicas, nos
puede dar información de los cambios, debido a actuales perturbaciones en el
ecosistema al transformar su hábitat, quizás impactados por la adición excesiva
de
agroquímicos al suelo y conducción a cuerpos de agua de los que dependen y por
la exposición del hongo quitridiomicosis que puede bajar las poblaciones de los
anfibios, perdiendo biodiversidad del país.
Patricia Cortes-Calva, Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.
C.
Gustavo Arnaud-Franco, Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.
C.
Ricardo Rodríguez-Estrella, Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste,
S. C.
David Lazcano, Universidad Autónoma de Nuevo León.
David Meléndez-Martínez, Tecnológico de Monterrey.
Ricardo Paredes León, Universidad Nacional Autónoma de México.
Roxana Acosta, Universidad Nacional Autónoma de México.
Guillermo Bojórquez Rangel -UACJ
Luis Fernando
Plenge Tellechea - UACJ
Jesús Martínez Calderas -UACJ
Sandra Ramos Guerra -UACJ
José Petters DIGESIT-SENACSA Paraguay.
Russell S. Pfau, Tarleton State University, EUA.
Bashira Chowhury, Mississippi State, EUA.