Investigación




Sofía Paola Rodríguez Ángel


Universidad Autónoma de Yucatán, México 2019 / Biología

En este verano de investigación salí totalmente de mi zona de confort, tanto de forma personal como académica, vencí algunos miedos, me llené de experiencias, buenos recuerdos, y conocí personas que me dejaron muy buenas enseñanzas. Realicé mi verano de investigación en Mérida, Yucatán, y en un principio no había tomado en consideración todos los cambios a los que me tendría que enfrentar, desde cosas tan comunes como la comida y el lenguaje, hasta la cultura de respeto que se tiene por la cultura Maya y por la ciudad. El primer “choque” cultural que enfrenté fue algo tan sencillo como la circulación vial, ya que los semáforos es algo muy diezmado en aquella zona, las rotondas abundan y las calles están enumeradas, por lo que fue algo tardado poder llegar a un supermercado por primera vez. Era muy enriquecedor ver a las mujeres y hombres con sus trajes típicos todos los días al realizar sus actividades, y por las noches, utilizar trajes más elaborados para los bailes de jarana que se organizan en el centro de la ciudad junto con las presentaciones de trova y serenatas yucatecas. Sin duda, el orgullo de ser yucateco y tener una cultura tan rica se notaba en los pobladores, esto hacía que aumentara mi curiosidad por aprender las costumbres y el lenguaje, además de probar diferentes alimentos como la sopa de lima, los salbutes o panuchos.

Respecto a la parte académica, me sorprendió mucho como el tipo de técnicas y procedimientos que he aprendido a lo largo de toda mi carrera, y que tal vez cuestioné en algún punto, son realmente aplicables a estudios de mayor nivel e importancia. Pude aprender un poco del área de estudio de la biología marina, algo que siempre me había interesado y que resulta muy difícil desarrollar en Ciudad Juárez ya que no hay facilidad por la ubicación geográfica, y por lo mismo, no hay muchos investigadores que se desenvuelvan en la materia. Una de las cuestiones que más me preocupaban al realizar la estancia era no estar al nivel académico que se requería para el estudio, sin embargo, el Dr. Aguilar-Perera y la Dra. Virginia Noh, me enseñaron con gran paciencia el estudio que se estaba realizando, las técnicas que se iban a desarrollar y me facilitaron diferentes fuentes para poder extender mis conocimientos sobre la materia. El tema de la investigación es determinar la edad de pez león (Pterois volitans) con base en los otolitos (pequeñas piedras de carbonato de calcio que se encuentran en los oídos de los peces y presentan anillos de crecimiento) algo con lo que nunca había trabajo y que ahora puedo decir que realmente me interesa, a la vez de comprender el porqué de la importancia de este tipo de estudios.

De forma personal, noto un crecimiento en mi forma de pensar y ver mi futuro, ahora sé que puedo aspirar a mejores oportunidades y tengo más claro el camino que quiero tomar al desarrollarme de manera profesional; también puedo notar mayor independencia, razonamiento y fuerza al tomar decisiones en mi vida diaria, además de ver las cosas con un mayor panorama y una gama de colores más amplia.