Ana María Villalobos Aguilar
Mount Royal University, Canadá 2019 / Ingeniería Ambiental
Acabo de regresar de mi intercambio en Canadá. En total duré un año estudiando allá.
El intercambio me sirvió demasiado en áreas de mi vida y, ahora que regreso me
siento más empoderada de mí misma.
En el área profesional, veo que un intercambio te abre puertas hasta en tu
misma ciudad. Por ejemplo, muchas oportunidades en maquiladoras valoran más a
personas que han estado en contacto en un ambiente intercultural. Yo pienso que eso
es porque aprendes a tratar con personas que no tienen las mismas ideas que tú y en
un ambiente laboral eso pasa muy seguido. Ahorita estoy buscando prácticas y al
platicar con empresas prospectas, personas de RH me comentan que alguien con un
intercambio y buen dominio del idioma inglés está prácticamente aceptado dónde
elija. Esto me hace sentir mucha satisfacción después de todo el tiempo que he
estado dedicándome al estudio en un ambiente fuera de mi zona de comodidad.
Otras de las áreas profesionales que impactó mi intercambio es que ahora
puedo demostrar con experiencia mi dominio del inglés. Por ejemplo, existen
programas semilleros para egresados dónde se dedican a entrenar a una persona por
varios meses para que en un futuro se convierta en líder en un área. El primer
requisito siempre será un excelente dominio del idioma porque varias maquilas aquí
son extranjeras y las actividades diarias involucrarán saberte expresar con fluidez.
También he aprendido que a empresas prospecto les interesa más recibir un currículum
en inglés que en español. Me he dedicado los días pasados a actualizarlo para dar
una mejor impresión al buscar prácticas.
Cuando aprendes en una escuela aparte, te das cuenta de que lo que estudias
aquí y allá tiene mucho que ver con el tipo de necesidades que se presentan en cada
región. Valoro mucho la experiencia porque ahora más que nunca veo el impacto que mi
carrera tiene a nivel local y en Canadá. Un ejemplo es un proyecto de una clase que
tomé allá llamada Manejo de Operaciones. Aquí aprendí todas las matemáticas
aplicadas a procesos de manufactura, prácticamente a lo que sería aquí un supervisor
de operación en una maquiladora, pero también a los retos que se enfrentan los jefes
para predecir la demanda en un futuro. El proyecto consistía en que como equipo era
presentarse en una empresa de nuestro interés y ofrecerles nuestro apoyo como
estudiantes para presentar una mejora en alguno de sus procesos. Una de mis
compañeras trabajaba en el área de inventario en PetroChina Canadá Ltd. Y con su
experiencia en los procesos diarios fue fácil conseguir nuestro cliente. El reto
consistía en hacer un mejor sistema de conteo de inventario ya que se perdía en la
contabilidad su verdadero valor, aparte que mucho material era malgastado. Al final
propusimos un conteo por tecnologías RFDI y un sistema de FIFO. La propuesta al
final fue enviada a la empresa para su revisión.
Finalmente, la vida compartiendo casa con otras personas que no son tu
familia hace que cambies muchos hábitos. Me tocó vivir en las residencias de la
escuela junto con los demás intercambistas. Como compañeras de casa, tenía a 2
canadienses, quienes me enseñaron reglas sociales de cómo tratar con otras personas
fuera del aula. En comparación con el semestre pasado yo conviví más con los
intercambistas que con gente local. Conocí a sus familias y muchas personas
intentaban hablar español conmigo porque lo aprendieron en la escuela. En lo
personal, era muy divertido hacerlos decir palabras con la doble "r" como carro,
perro, pajarraco. Luego decía un trabalenguas y sentían que estaban hablando en
chino. La verdad ahí me di cuenta de que dónde quiera que estés no te tienes que
reprimir a decir los mismos chistes. Lo que sí es una regla tácita es siempre ser
políticamente correctos. Esto me pasó mucho porque decidí pasar mi navidad y año
nuevo con una familia canadiense que era parte de las amistades que hice en mi
intercambio. Un ejemplo de ser siempre políticamente correctos es que en navidad
jugamos un juego para ganar regalos. Como yo enseñé el juego, en mi versión, depende
de tu suerte cuántos regalos obtengas, pero en la versión canadiense todos se tienen
que llevar un regalo. En ese sentido, entonces por más regalos que obtuvieras, al
final te quedas solo con uno y el resto se lo reparten para que nadie se ofenda. Al
final, algo que quiero implementar en mi casa es que la gente se quite los zapatos
cuando uno entra y ponerse unas pantuflas. Esto se me hace una costumbre del norte
muy padre porque mantiene muy limpio el piso de la casa. Considero que al principio
muchos hábitos me costaban un poco de trabajo adaptarme, pero al final lo hacía
inconscientemente.
Ahora que regreso, estoy demasiado contenta de la experiencia que viví.